Uso de animales para mágia blanca


Son tan sorprendentes algunos de los efectos que por medio de ellos llegan a alcanzarse, que parecían imposibles aún a las personas más dispuestas a creerlos, si la experiencia no los hubiera comprobado en multitud de ocasiones.

Entre aquellos animales se cuentan: El águila, la alondra, el autillo, el macho cabrío, el camello, la liebre, la tórtola, el león, el buey marino, la anguila, la abubilla, el pelicano, el cuervo, el milano, la palorna, el topo, la comadreja y el mirlo.

Uso de animales para mágia blanca La Magia Blanca

El Aguila. Redúzcase a polvo su cerebro, mézclese con jugo de perejil; todas las personas que lo tomen se arrancarán los cabellos y no cesarán en esta porfía mientras tuviesen aquella mezcla en el cuerpo. La razón es, porque el cerebro del águila es tan caluroso que produce ilusiones fantásticas y exaltación.

La Alondra. El sabio Aarón asegura que quien lleve consigo las patas de este pájaro nunca se verá perseguido; al contrario prosperará más y más, saldrá siempre vencedor, y sus mismos enemigos le temerán. Por medio de esto se puede conseguir ser agradable, dulce y de buen gusto, a saber: cójase el ojo derecho de la alondra, envuélvase en un pedazo de piel de lobo y llévese encima. Si a lo dicho se quiere añadir el hacerse amar de una persona, introdúzcase (sin que aquella lo vea) el ojo en vino, désele a beber y se tendrá por seguro lo que se propone. Lo mismo se consigue mezclando en la comida una parte pequeña del ojo del pájaro, y haciéndola comer a quien se desea.

El Autillo. Sus virtudes son sorprendentes: Póngase su corazón y el pie derecho sobre una persona dormida, y no sólo dirá lo que haya hecho, sino que responderá a lo que se pregunte; al que se los ponga debajo del sobaco no le atacarán los perros; y si las partes dichas, en unión del hígado, se suspenden de un árbol, al poco rato acudirán pájaros a bandadas.

El Macho Cabrío. Mézclese su sangre, aún tibia, con vinagre, póngase a hervir en un vaso de cristal; se ablandará como pasta, con la particularidad de que aunque se le arroje con fuerza contra una muralla, no se romperá. Si se echa esta composición en un vaso y en seguida se frota uno con ello los ojos, se verán visiones terribles y espantosas. Si se echa en el fuego en presencia de una persona epiléptica, presentándole al mismo tiempo una piedra imán, caerá en seguida muerta; pero dándole a beber agua o sangre de águila revivirá.

El Camello. Póngase su sangre en piel de tarántula, en cualquier noche en que brillen mucho las estrellas, y el que la ponga creerá ver un gigante cuya cabeza alcanzará el cielo; el que lo beba se volverá loco; y si se enciende una luz que se haya frotado con esta misma sangre, parecerá que todos los que están en la habitación tienen cabeza de camello. Se hace, sin embargo, advertencia muy importante y es, que la habitación no ha de estar alumbrada por ninguna otra luz.

La Liebre. El propio Aarón dice de ella que si se juntan sus pies a una piedra o a cabeza de mirlo, el hombre que los lleve será atrevido y no temerá ni aun a la muerte. Quien los lleve atados al brazo irá adonde quiera y volverá sano y salvo. Es muy útil contra los perros; de modo que si mezclado con el corazón de comadreja se le da a uno de estos animales, es seguro que no acometerá a ninguna persona aunque lo maten.

La Tórtola. Si se corta una de sus uñas y se da a un caballo no comerá en tres días y si se mezcla con terebinto, se pondrá primero brillante, luego oscura, y por fin si se arroja sangre de este animal en agua, se oirán espantosos truenos. Si se corta su corazón, se prepara de modo que pueda conservarse sin corromperse, y se lleva encima dentro de una botellita, la persona que lo lleve sentirá crecer de día en día su valor; y si en esta disposición se entierra el corazón debajo de un árbol, pero no a mucha profundidad, se verán acudir allí otras aves.

El León. Las virtudes de este animal son grandes y originales. Háganse correas de su piel y el que se ate con ellas, no temerá jamás a sus enemigos. Esta virtud proviene de que, poseyendo el león un valor indomable, su piel la comunica al hombre. Si se come su carne, o se bebe de su orina durante tres días en que uno tenga la cuartana (nombre que se da a la calentura intermitente que sucede de cuatro en cuatro días), curará. Esta virtud queda demostrada porque el león se halla también, periódicamente, sujeto a la fiebre. Además, si uno se pone los ojos de este animal debajo del sobaco, huirán todas las fieras del que los lleve.

El Buey Marino. Si por medio de este animal se quiere reunir en un lugar del mar una infinidad de peces, no hay más que tomar sangre de aquél, mezclarla con un poco de su corazón y echarla en aquel sitio. Si se lleva de esta mezcla bajo el sobaco el que así lo haga excederá a todos en juicio y valor, y si es un criminal logrará que el juez sea benigno para con él.

La Anguila. Si muere por falta de agua, conservando entero su cuerpo, no se hará más que coger vinagre muy fuerte, mezclarlo con sangre de buitre, frotar luego la anguila con la mezcla y ponerto todo en cualquier lugar del estiércol, y tendrá poder para resucitar todo lo que le presenten. Y el que coma de aquella preparación estando en caliente, predecirá el porvenir.

La Abubilla. El que lleve sus ojos engorda hasta que se los quita; si se los pone en el estómago se reconcilia con sus enemigos, y si quiere que nadie le dañe, lleve su cabeza en una bolsa.

El Pelícano. Increíbles parecen los efectos que se logran con esta ave: si se matan sus hijuelos sin dañarles el corazón y se toma luego sangre de su madre, y se les echa en caliente en el pico, reviven al momento. Si se pone un pedazo de abubilla atado al cuello de otra ave, volará hasta caer muerta. Hermes y Plinio aseguran que si se coge su pata derecha y se pone sobre una cosa caliente por espacio de tres días, se formará un pájaro que vivirá y volará.

El Cuervo. Véanse sus propiedades y dígase si no parecen milagrosas. Tómense los huevos de esta ave, háganse cocer, vuélvanse al nido, y se verá que el padre vuela en seguida de allí. ¿Dónde? Irá a la isla donde está enterrado Aldorico, traerá una piedra de aquel lugar, tocará con ella los huevos y los volverá a poner en su primer estado; lo cual se prueba porque al cabo de pocos días los cuervos romperán el cascarón. Si con esta piedra se hace un anillo y se pone con él una hoja de laurel, pueden tocarse las cadenas de un preso y se soltarán, y en la cerradura de una puerta, ésta se abrirá. Si se pone a la boca, imita el canto de todas las aves y es un medio muy útil para cazarlas. Esta piedra se ha llamado Indiana porque se encuentra en las Indias; pero también se da en el Mar Rojo, donde la hay de diferentes colores. Hace olvidar las injurias y termina todas las disputas.

El Milano. Su cabeza llevada junto al estómago da, al que la lleve, poder para hacerse amar y especialmente de las mujeres. Si se ata al cuello de una gallina, correrá hasta que haya logrado poner; si con su sangre se frota la cresta de un gallo, no volverá a cantar. Esta ave tiene en sus riñones una especie de órgano, que si se divide en dos partes entre dos enemigos, convertirá la enemistad en paz y unión.

El Topo. Tómese también su corazón, mézclese con hoja de laurel, métase en la boca de un caballo, y se espantará y emprenderá la carrera; puesta en un nido de pájaros hará infecundos los huevos. Sirve también para cazar topos; véase el modo: Cójase uno de éstos en la madriguera, quémese allí con azufre y acudirán cuantos hubiese alrededor, dejándose coger. Frotando un caballo negro con agua en que haya hervido un topo, se volverá blanco.

La Comadreja. Para pronosticar todo lo futuro, cómase su corazón acabado de arrancar y aun caliente, y mejor si está palpitante. Si se echan a un perro su corazón, sus ojos y su lengua, no ladrará más. También se consigue lo mismo hechándole el corazón de la comadreja y los pies de una liebre. Yo mismo lo he probado en perros de mi casa que ladraban extraordinariamente y molestaban de noche al vecindario.

El Mirlo. Póngase las plumas de su ala derecha atadas a un hilo de color rojo, cuélguense en medio de una casa que no haya sido habitada, y no podrá dormir en ella ninguna persona hasta que se quiten. Para que una persona responda a todo lo que se le pregunta, cójase el corazón de un mirlo y póngase sobre la cabeza de la persona mientras duerma. Además, en este estado, y sin que nadie la interrogue, dice la persona todo lo que ha hecho. Si se echa en agua de pozo con sangre de abubilla y se frotan con ello las sienes de una persona, enfermerá y correrá peligro de morir.

No podemos terminar sin decir algunas curiosidades de las que cuenta Isidoro:

Dice que si una mujer lleva atadas a la cintura las cenizas de una rana grande, quedará privada de menstruar hasta que se las quite, y que si se ponen al cuello de una gallina, no se la podrá hacer sangrar. Si se templan en agua aquellas cenizas y se frota uno con ellas, en donde se frote perderá el pelo. Que si se lleva al lado izquierdo en el corazón de un perro, no nos ladrará ninguno, y por fin que si a la manga del brazo derecho se cose el ojo derecho de un lobo, no le podrán dañar a quien lo lleve ni los hombres, ni los perros, ni los demás animales.

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Categoría: La Magia Blanca.






One Response to “Uso de animales para mágia blanca”

  1. alejandro Dice:

    en q libro esacta,ente esta tda esta informacion de los animales piedras y plantas x favor yo lo tenia en un libro perp se me desapareciodigamme xfavor ya e escrito y la persona q lo sepa o lo tenga en copia de internet x favor no sea mala gente td se devuelve en la vida x favor ayudenme o escribanme a mi facebook alejandro narvaez o mi correo ayudeneme en estoo


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