Adivinos en la televisión
Actualmente, proliferan los programas televisivos dedicados a la magia, un fenómeno conocido por todos y bien repartido a lo largo del día y en todo el territorio nacional. Por lo general, el vidente se coloca frente a las cámaras con sus instrumentos de adivinación (cartas del tarot, cartas especiales, objetos diversos, etc.) y responde en directo a las preguntas que se le hacen. Sobre la mesa de trabajo se pueden encontrar objetos simbólicos genéricos (figuras de religiones no cristianas, iconografía mágica, candelabros de siete brazos, etc.) o talismanes y pentáculos realizados por el vidente para curar enfermedades, alejar la mala suerte o quitar el mal de ojo.
En algunos casos, quedan claros los poderes del mago con breves entrevistas a personas que se han beneficiado de sus poderes. Todo ello adornado con el currículum del vidente, sus experiencias místicas, a menudo adquiridas junto a «santones» o «monjes» indios, tibetanos o brasileños. En general, el adivino se limita a pedir al interlocutor la fecha de nacimiento (el sexo es evidente por la voz de quien llama por teléfono) y, casi siempre, que especifique en qué campo tiene que operar (salud, trabajo, amor…).
El astrólogo consulta las cartas u otros instrumentos y da una interpretación del actual estado de la persona, propone indicaciones sobre el futuro y se refiere a hechos pasados. El tono es neutro, pero en el 90 % de los casos el interlocutor confirma las declaraciones del vidente. Indudablemente, quienes se dirigen a un astrólogo por televisión (aproximadamente un 40 % de hombres y un 60 % de mujeres) se encuentran en una situación de incomodidad especial porque, inconscientemente, saben que están realizando una práctica transgresora que no quisieran hacer pública. El vidente ha de estar al tanto de este estado y captar los aspectos que pueden favorecer su práctica. Todo ello concentrado en pocos minutos, en una situación de gran tensión en la que el interlocutor baja sus defensas y reduce su sentido crítico. Gracias al medio televisivo, el adivino consigue llevar a un sistema de comunicación actual creencias tradicionales, con lo que certifica su presunta autoridad y logra, incluso, un reconocimiento colectivo. Reconocimiento que, con los datos en la mano, muchas personas parecen concederles.
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Categoría: Supersticiones.
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