¿Aoja más el hombre o la mujer?
Antonio Schioppa, en su obra Antídoto al fascino detto volgarmente iettatura (1830), se planteaba diversas preguntas sobre varios temas relacionados con el aojo; en su tratado encontramos numerosos interrogantes, cuya respuesta, si la hubiera, podría constituir un elemento útil para defenderse de los aojadores. Entre los casos, la sempiterna cuestión de si la mujer echa más el mal de ojo que el hombre. Desde la Antigüedad, la mujer se ha relacionado con el mundo de lo oculto y la magia y con frecuencia se la considera una profunda conocedora del diablo y sus prácticas. Veamos qué opina Schioppa sobre la cuestión de «Si aoja más el hombre o la mujer»:
Sobre que el hombre debe anteponerse y superar a la mujer no hay duda alguna, pues lo confirma su fortaleza y los pelos que lo cubren, los cuales son muchos conductores colocados deliberadamente por la naturaleza, para que exude los excesivos humores de su cuerpo. El de la mujer está, en cambio, hecho para estar sometido, pues tiene en su cuerpo incluso poros absorbentes, y es, además, de más débil naturaleza. Por eso vemos al Sol enviar la luz y a la Luna recibirla, pero se dirá que esta, después de recibirla, nos la refleja, aojándola. Pues bien, podríamos deducir que también la mujer podría tener esta maléfica fuerza, como por comunicación, y será siempre de menor fuerza, como una luz reflejada; aunque no deben olvidarse ciertas mujeres de avanzada edad que, por los muchos experimentos, han adquirido una fuerza extraordinaria. Y así es especialmente con algunas viejas bigotudas, peludas, de mentón alargado, y peor si llevan lentes y tienen los ojos fruncidos y enfermos.
Califica este Artículo
Categoría: Supersticiones.
Deja una respuesta