El mal de ojo por correo y por teléfono
En épocas antiguas, los males de ojo a distancia se llevaban a cabo por correo y, a pesar de que hoy todavía existe esta técnica, es más popular hacerlo por teléfono, medio que ha proporcionado el progreso científico. Por correo, el mal de ojo consiste en amenazar al receptor o en mandar paquetes de contenido desagradable que hay que quemar inmediatamente, sin más y sin pensar la causa de tal acción por parte del emisor. Actualmente, todavía existe la llamada cadena de san Antonio. Tal cadena es aquella de la que casi todo el mundo ha recibido una carta, en laque se explica que la cadena no podía truncarse y que, de romperse, la desdicha caería sobre el que provocara la ruptura. La carta suele llevar un texto parecido a este:
«Todo cuanto leas en esta carta no es más que la copia fiel recibida por mí, y que te transmito. Debes recitar tres avemarías a san Antonio de Padua. Esta carta procede de Venezuela y debe dar la vuelta al mundo. Ha sido enviada por Ana Isabel Martínez. Haz veinticuatro copias y mándalas a amigos o familiares y al cabo de ocho horas recibirás una recompensa. No se trata de sugestión, como prueban los siguientes hechos: Víctor recibió esta cartacadena, hizo las copias y las mandó; al cabo de nueve días ganó un millón de dólares. David Hurtado quemó la carta y sus asuntos familiares se volvieron desastrosos, muriendo loco. Juan Sánchez recibió la cartacadena, ordenó a su secretario que hiciese las copias y las mandase, sus asuntos familiares se desarrollaron de un modo excelente. Un empleado de banca recibió la carta y olvidó mandar algunas copias, al cabo de algunos días perdió el lugar de trabajo.
Al encontrarlas las envió, y sus condiciones mejoraron: recibió un empleo mejor que el anterior, aumentó la categoría hasta ser uno de los mejores congresistas internacionales. Otro señor recibió la carta y se rió junto con algunos compañeros suyos; al cabo de tres días fallecía. No te rías de la carta por ningún motivo; envía las copias y al cabo de tres días recibirás una recompensa.»
Respecto a este texto no hay mucho que añadir excepto que lo mejor que se puede hacer con la carta es destruirla. Pero la destrucción debe efectuarse con una total convicción de lo que va a hacerse porque, de lo contrario, es posible que las amenazas se hagan realidad, aunque raramente se produzcan. Esta cadena fue creada hace siglos por magos negros cuyo propósito era el de absorber la energía de quienes mandaban la carta. Actualmente, aunque existen magos que están afiliados a la cadena, el riesgo es mínimo puesto que el sistema es imperfecto. Así pues, no merece la pena sufrir ni pensar que se está en peligro.
El mal de ojo por teléfono es una técnica bastante extendida y que, para entendernos, recluta a varios personajes de la sociedad: los obscenos telefónicos son un ejemplo de tal tendencia. La mejor solución para tal acontecimiento es ser igual de desagradable que el que telefonea para echar el mal de ojo. Otros son los que llaman y, sencillamente, se quedan callados y su úncio propósito es el de asustar al receptor de la llamada; pues bien, como se ha dicho antes, lo mejor es ser igual de desagradable, es decir no decir nada, ya se cansará.
Y queda un nuevo tipo de mal de ojo telefónico. El que consiste en un emisor que insulta gravemente a un receptor, y le amenaza de mil formas distintas. La mejor solución para tal actitud es la de registrar lo que diga el emisor y emitirlo cuando se produzca una nueva llamada. Hasta aquí llega el capítulo dedicado al mal de ojo. El próximo capítulo tratará de los hechizos y en él se podrá observar que intervienen muchos más elementos de ataque y de defensa que en el mal de ojo, puesto que es una acción premeditada. De todas formas, las similitudes también se harán patentes.
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Categoría: Hechizos.
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