El mundo de los adivinos y cartomantes


Un estudio a cargo del ISPES (Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales de la Universidad de Bolonia), dirigido a analizar el caótico universo de la magia y la superstición en Italia, nos permite analizar con mayor claridad este complejo universo. Tratemos de repasar rápidamente algunos datos recogidos. El fenómeno afecta a los más diversos estratos sociales. Entre las personas que recurren a los adivinos, dos tercios son mujeres y la franja de edad oscila entre los 40 y los 60 años; el 30 % de los clientes tiene una licenciatura y el 40 % una diplomatura. En general, dos italianos de cada diez van al adivino al menos una vez al año.

La división entre los practicantes está bastante equilibrada: prácticamente se reparten por igual entre los dos sexos. El adivino-tipo examinado posee un nivel de estudios de bachiller en el 45,7 % de los casos, de diplomados en el 23,5 % y con una licenciatura en el 8 %; el restante 22,8 % no ha superado siquiera la primaria. El grueso de practicantes está distribuido homogéneamente entre los 40 y los 60 años (66 %), baja la presencia entre los 30 y los 40 (11,3 %), y es significativa pasados los 60 años (22,7 %).

El mundo de los adivinos y cartomantes Supersticiones

Más de las tres cuartas partes de los practicantes se define astrólogo o parapsicólogo; sólo un cuarto acepta la etiqueta de vidente, una definición sin duda más seria. Aunque todavía más es la de exorcista. De hecho, son muy raros los practicantes que se identifican con esta otra especialidad.

Otro aspecto muy significativo tiene que ver con el origen de los poderes sobrenaturales que los practicantes poseen: el 56 % considera que derivan de Dios, el 21,3 % de «fuerzas misteriosas», el 11,2 % de la naturaleza, el 7,8 % de su propia mente y el 3,7 % de los demonios. Aunque algunos (7,8 %) intentan vincular sus poderes con fenómenos naturales, es decir, con la mente, la mayoría identifica la fuente de su facultad sobrenatural en un componente externo imposible de evaluar con instrumentos científicos.

Asimismo, es interesante que más de la mitad considere a Dios el origen de sus poderes; un dato que merece una reflexión, pues supone el encuentro entre culturas cristianas muy diversas: de la «curandera» campesina al hechicero brasileño, por ejemplo.

La imagen de los practicantes del ocultismo rodeados de figuras marianas, cristos o santos, junto a todo un corpus de otras figuras no cristianas (desde Buda al fetiche papuano, de Gatada al busto de Tutankamon, de la muñeca de la fertilidad Akan a la mano de Fátima) nos da una idea, más que cualquier otro aspecto ritual, de la necesidad del adivino de poseer un aparato simbólico, que encuentra en el sincretismo religioso la mejor forma de poner de manifiesto la complejidad de la práctica mágica. No obstante, no es fácil elaborar un cuadro detallado sobre el fenómeno de la magia, puesto que a menudo las cifras son poco fiables y los datos se reducen a porcentajes que —dado el tipo de objetivo— no pueden ser representativos de todo el ocultismo.

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Categoría: Supersticiones.






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