Fisiognomía o tratado de la fisionomía
No dudamos que los curiosos recibirán con placer este pequeño artículo de la fisonomía, que es ciencia ingeniosa y natural para determinar las inclinaciones de los hombres o las propiedades de los animales. Y como hay miembros simples como la lengua y el corazón, y otros que están compuestos como el ojo, la oreja, etc., hay dos maneras de conocerlos, primeramente por los signos y las marcas que se ven, y en segundo lugar en los sueños que los antiguos nos han explicado. Por esto se encuentra mucha diferencia entre hombre y mujer, en lo que concierne a fisonomía; y lo que se diga en esta narración se debe entender propiamente del primero, e impropiamente de la mujer. La razón es porque el hombre es de temperamento y naturaleza más robusta.
Por esto cuando uno ve una fisonomía perfecta antes que decir su sentimiento, examínese cuidadosamente, y advierta sobre todo la diferencia del sexo, pues, aunque por ejemplo el hombre y la mujer en la fisonomía se parezcan sólo en apariencia, sin embargo, si se les mira de cerca, se verá que son diferentes; se puede decir lo mismo de las demás partes del cuerpo; por lo tanto, no se puede juzgar de la misma manera acerca del uno que del otro, porque la mujer es de complexión más débil, aunque esta complexión parezca ser común a los dos.
Generalidades
Es una señal evidente de estupidez tener ojos distantes uno del otro, así como la longitud de uno de ellos.
- Ojos pequeños, apagados y mal diseñados, acechando siempre con sus miradas, rostros aceitunados, cabellos negros, cortos y encrespados, nariz levantada y frente espiritual y bien hecha, con el labio inferior ancho y saliente, son facciones que sólo se hallan en Arquisofista perverso, tacaño, intrigante, sospechoso, interesado; en fin, en hombre abominable.
- Cuanto más levantada está la frente, tanto más parecen pequeñas las facciones del rostro; cuanto más el círculo de la frente sobresale, los ojos se hunden notablemente, y cuando apenas se nota la hendidura de la nariz y frente, la boca es grande por demás, siendo perpendicular el perfil del rostro, nadie dirá sino que la persona que tiene estas facciones es imbécil, y de carácter desagradable y duro.
- Unos carrillos abultados y lacios, boca grande y esponjosa, pecas en el rostro, cabellos apenas rizados, arrugas confusas y esparcidas por la frente, ojos que no se fijan nunca naturalmente sobre un punto, y que por abajo forman ángulo, con un cráneo que baja rápidamente sobre la frente, son señales de bribón muy solapado.
- Vello largo, bien sea fino o áspero, con lunar situado en el cuello, en la barba, es indicio más seguro de inclinación a la voluptuosidad; inclinación que siempre va acompañada de suma ligereza.
- Frentes perpendiculares, considerablemente redondas, pequeñas narices, anchas en sumo grado, con grandes ventanas o bien perfectamente pronunciadas, y dientes de la quijada inferior sobresaliendo a los de la superior, anuncian claramente caracteres duros.
- Es mejor huir de hombres que tienen grandes ojos en fisonomía pequeña, y estatura diminuta; al través de su regocijo, denotan que no gozan ni son felices, y aunque quieran asegurar que se alegran sinceramente, nunca podrán ocultar la malignidad de su sonrisa.
- Las mujeres que tienen ojos brillantes, cutis singularmente flexible, nariz arqueada, labio inferior muy marcado, frente redondeada y piel fina y tersa, no solamente son elocuentes, sino de imaginación viva, fecunda, y memoria prodigiosa; llenas de ambición, se sienten inclinadas a la galantería y a pesar de toda su prudencia, se olvidan muchas veces de ellas mismas.
- Una mujer con el nacimiento de la nariz muy hundida y gran garganta, por fina que sea, y por poco que participe de las gracias mujeriles, no dejará de tener entre los libertinos y los voluptuosos un atractivo, tan cierto, tan fácil y tan irresistible como el de la mujer más bella. En las más peligrosas prostitutas, se han notado todas estas señas.
- Las mujeres que tienen manchas, pecas y verrugas en la barba, o cuello son ordinariamente vigilantes y activas, pero de temperamento sanguíneo y amorosas hasta lo sumo; hablan mucho y siempre sobre el mismo objeto, son importunas y no se puede desembarazar de ellas sino con gran trabajo; es preciso tratar de mantenerlas a cierta distancia de nosotros.
- Pocas veces se notan en la barba de un hombre verdaderamente sabio y de carácter noble, verrugas pardas que tan frecuentemente tienen personas de imbecilidad decidida; pero si acaso se ve alguna en persona de talento, ya notarás que muchas veces tiene intervalos de estupidez completa, y debilidad increible.
- Hombres amables pueden tener en la frente o entre cejas, verrugas, que no sean ni muy negras ni muy grandes, sin que demuestren ser mal intencionados; pero si reparáis en alguna mujer a quien resalte mucho su labio superior, estad seguros de que tendrá algún vicio, o por lo menos algún defecto capital.
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Categoría: La Magia Blanca.
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