Investigaciones modernas sobre los sueños
A pesar de todo lo que hemos dicho, sólo unos pocos siglos después los psicólogos empezaron a proclamar públicamente que los sueños eran «meandros de la mente»: ésa es la causa de que mucha gente, incluso hoy, crea que los sueños no tienen sentido.
Sin embargo, los psicólogos de hoy están realizando importantes progresos en la investigación de los procesos y de la utilidad de los sueños.
Sigmund Freud, en su libro The Interpretation of Dreams («La interpretación de los sueños») —publicado en 1900—, volvió a llamar la atención sobre la importancia de los sueños. Carl Jung partió de las investigaciones de Freud y realizó avances importantes. Recientemente, el doctor Calvin Hall trabajó sobre 10.000 sueños para elaborar su libro The Meaning of Dreams («El significado de los sueños»). En la actualidad existe una docena de laboratorios —o quizá más— que se dedican a la investigación de este intrigante fenómeno.
En su incesante búsqueda de más información sobre el sueño y su modo de proceder, los investigadores se han dedicado a reclutar voluntarios dispuestos a dormir en un laboratorio en determinadas condiciones —como la conexión de cables en la cabeza—. Mediante unos aparatos que miden las ondas cerebrales llamados electroencefalógrafos, más conocidos como máquinas EEG, se ha descubierto que existen diferentes niveles de conciencia que quedan reflejados en los patrones que nos dan las ondas cerebrales. Las ondas más rápidas, llamadas beta, se originan durante el estado de vigilia —estados conscientes de actividad—, en el que llegan a fluctuar a una media de doce o catorce ciclos por segundo (cps). Puede haber ligeras variaciones de una persona a otra, teniendo en cuenta que a mayor grado de tensión o excitación, mayor número de ondas.
También se ha descubierto que siempre que nos aburrimos o adormilamos, las ondas de nuestro cerebro se mueven cada vez más lentamente y los ojos se nos van cerrando poco a poco: en ese momento estamos entrando en el patrón de onda alfa, que oscila entre ocho y trece cps. En este estado entramos y salimos de lo que normalmente llamamos «realidad». Los estados de alteración de la conciencia empiezan aquí. Es como si fuéramos a la deriva, como si fuéramos un corcho a merced de las olas, entrando y saliendo varias veces del estado beta y alfa antes de adentramos por completo en los niveles del sueño más profundo.
Paralelamente a esto, las ondas cerebrales prosiguen su proceso de pérdida de velocidad a la vez que vamos atravesando los estados alfa, theta y delta sucesivamente.
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Categoría: Interpretación de los Sueños.
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