La filosofía de la superstición
La constatación de que lo sobrenatural participa con mucha fuerza en los acontecimientos cotidianos lo convierte en una presencia activa y constante, dotada de un lenguaje propio. En este punto preciso es donde entra en juego el lenguaje de los símbolos, de los emblemas, que nos ofrecen claves con las que interpretar el futuro o toda una serie de hechos, situaciones y cambios diferentes en nuestras vidas, que, obviamente, el ser humano por sí mismo no puede conocer antes de que sucedan.
La simpatía cósmica
Esta actitud mental se basa en el presupuesto, innato en nuestra mente, pero por lo general regulado por la razón, de que en cada elemento de la naturaleza existen atracciones y repulsiones, elementos que tienden a acercarse o repelerse. Según esta explicación del concepto de «simpatía cósmica», procedente de la tradición gnóstica, el universo se entendería como un gran ser viviente imbuido de un espíritu sutil que los antiguos llamaban pneuma (en griego, aliento, respiro, espíritu).
Según la visión típica y característica de la «simpatía cósmica», todas las cosas pertenecientes a este mundo están en relación constante y continua; por tanto, cualquier acción, hecho o incluso un simple signo puede considerarse una indicación fundamental que sin lugar a dudas puede influir —y de hecho es capaz de intervenir activamente (positiva o negativamente)— en el mecanismo universal.
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Categoría: Supersticiones.
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