La superstición es atemporal
Si estudiamos las normas tradicionales de comportamiento social en una cultura tal y como se presentan, es decir, sin considerarlas bajo el prisma de la comparación histórica, no es posible diferenciar cuáles derivan de supersticiones producto de la casualidad, de las que deben su origen a investigaciones e invenciones auténticas. Esta importante afirmación del etólogo Konrad Lorenz, extraída de su libro Los ocho pecados capitales de la humanidad, junto a la conocida frase del cómico italiano Totó, «No es verdad, pero me lo creo», nos parecen idóneas para abrir este capítulo. Efectivamente, para entender bien la dimensión real del fenómeno hay que conocer al menos en parte todos sus aspectos.
Un gran estudioso de las prácticas mágico-religiosas contemporáneas, Alfonso Maria di Nola, opina: «Si no existieran las supersticiones, habría que inventarlas dada su utilidad en las crisis existenciales». ¿Un antropólogo, un científico afirmando que las supersticiones son útiles? Desde las ciencias sociales, interesadas sobre todo en el por qué de algunas creencias, describen la superstición como una presencia que «justifica» muchas de nuestras actitudes irracionales y que, paradójicamente, nos permite sentirnos menos frágiles frente a los numerosos misterios de la vida.
Mientras que las religiones tienden a la metafísica y recurren a la creación de imágenes ideales, la superstición alcanza la vida mística, pero se mezcla con la profana, que prefiere lo concreto, del mismo modo que las religiones prefieren lo abstracto. La ciencia garantiza una certeza, una especie de consistencia que ratifica su propia solidez y se opone a las disciplinas que no necesitan un fundamento demostrativo. La palabra «certeza» tiene dos significados fundamentales: la seguridad subjetiva de la verdad y la garantía objetiva de un conocimiento. Esta concepción se basa en el carácter repetitivo de algunos fenómenos caracterizados por un proceso matemáticamente definido y reproducible, si se respetan unos parámetros y unas normas.
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Categoría: Supersticiones.
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