Maneras para tirar las cartas


La gran Estrella

Tómese una baraja de cuarenta y ocho cartas, según vayan saliendo fórmese una estrella de cuatro rayas, recójanse luego, háganse tres montoncitos de siete cartas, cada uno y váyanse extendiendo ordenadamente en la mesa empezando con el montón de en medio, siguiendo con el de la derecha y acabando por el de la izquierda; una vez extendidas, léase lo que ellas simbolizan, repitiendo tres o más veces tal operación, segpun sea gusto del interesado.

Llámese esta manera de tirar las cartas «La gran estrella», por la configuración geométrica que se hace con ellas, y puede que sea una de las más usadas por los aficionados a la Cartomancia.

Con la gran Estrella y la gran pirámide (más abajo), se puede sacar el horóscopo de cualquier persona, y adivinar todo aquello que se relacione con su vida íntima o social.

Según datos fidedignos, con la gran Estrella se predijo al desventurado príncipe de Viana su desgraciado fin, y al conde Urgell su largo cautiverio.

Maneras para tirar las cartas La Magia Blanca

La cruz de San Andrés

Tómese igualmente una baraja, que no falte ni una sola carta de las cuarenta y ocho que debe tener, mézclense bien y una vez mezcladao, hágase cortar con la mano izquierda por la persona que desea saber su porvenir; una vez cortada, fórmese con las diez y ocho cartas primeras que salgan una cruz de aspas, llamada de San Andrés, recójanse y se hacen tres montoncitos de seis cartas cada uno, y vá anaa descubriendo, y extendiendo en la mesa empezando, por el montón de en medio y concluyendo por el de la izquierda, leyendo todo cuanto simbolizan dichas cortao, repitiendo si se quiere la operación tres veces consecutivas, y es casi seguro el éxito adivinatorio que por tal medio, obtienen.

Este modo, de tirar las cantas, fué inventado por el conde Rugiero de Aspante, célebre agorero y astrólogo utaliano, que vivió y obtubo gran nombradía en el siglo decimotercero.

Ha de tenerse en cuenta y es necesario advertirlo, que al formar la Cruz de San Andrés con las cartas que salgan, se debe repetir por tres veces, tan bajo que ninguno entienda, estas significativas palabras. Cruz dame luz.

La gran Pirámide

Aunque esta manera de tirar las cartas es oriunda de Egipto, yo en remotos tiempos los egipcios se valieron de esta forma, Si bien con diferentes figuras y jeroglíficos, no por eso es menos Española, pues en España fue implantada y adoptada durante el reinc de don Pedro Ill de Aragón.

Un peregrino aragonés, que llegó de Venecia con la escuadra de la conquista de las dos Sicilias por el católico monarca, fue el primero que añadió la gran pirámide en el arte de la Cartomancia.

Poro hacer la gran pirámide es preciso tener dos barajas de cuarenta y ocho cartas cada una, mézclense bian, separadamente, háganse cortar por la persona interesada, póngase una ba ja a la derecha, otra a la izquierda y váyanse sacando cartas hasta el número quince de ellas, a saber, de la primera una, de la segunda dos, y se van extendiendo y leyendo su significado, en esta forma: M jer rubia, con deseos de amor, es causa del gran sufrimiento de una joven nnOnena, que vive celosa de virtud; dicha joven tiene falsa amiga que por sus palabras con una mujer de buen Co|or, puede destruir o hacer imposible un negocio de gran entidad. Así se forma la gran pirámide y así se lee la significación de las figuras y por su sencillez creemos que a nuestros lectores o lectoras les será fácil indagar alegrías y prosperidades que les depara la caprichosa suerte.

En la gran pirámide, puede repetirse la operación hasta cinco veces, no olvidando de hacer todo lo que acabamos de mencionar.

Por el círculo encantado

En el círculo encantado, es el modo más antiguo de tirar las cartas, según lo afirman reputados historiadores que de él hacen señalada mención.

Los agoreros de «illo tempore» iban vestidos con bata y túnica, sembrada de estrellas, signos cabalísticos, dragones, víboras y otros asquerosos animaluchos; puesto en la cabeza el indispensable cucurucho, ostentando larga barba blanca, imponían cierto respeto a los tímidos que acudían a valerse de su encantada ciencia.

Una varita de acero, la cual llamaban varita mágica, les servía para trazar misteriosos círculos y evocar terribles espíritus del averno.

Al predecir por medio del círculo mágico con las cartas llamaban en au auxilio a Satán, Astarot o Lucifer (person jes que hoy día están en desuso), y dibujando en el suelo un círculo misterioso con GU magnética varita, le cubrían con las no menos mmisteriosas cartas, descifrando en ellas la suerte y el porvenir de las crédulas personas que a ellos se entregaban.

Ahora no tenemos necesidad de ir vestidos como ridículo mascarón, ni dejamos crecer desmesuradamente el pelo, ni usar varitas electromagnéticas, ni evocar diablos, brujas, ni otros duendes; basta y sobra con coger yeso, dibujar un círculo, tomar una baraja de cuarenta y ocho cartas, mezclarlas bien, hacer cortar con la mano izquierda al «cliente o clienta», echar veintitrés cartas según vayan saliendo, hasta llenar el dibujo y leer en ellas su simbólico significado, advirtiendo que este ejercicio sólo permite hacerlo una sola vez, pues de lo contrario nada sacaría en limpio el curioso lector.

A la italiana

El modo de tirar las cartas a la italiana es el más fácil y sencillo de todos. Tómese la baraja de cuarenta y ocho cartas, mézclense bien, hágase cortar por la persona que desea saber lo que la suerte le depara; una vez cortado se sacan cartas formando con ellas tres montones, coja el montón del centro, hágase cortar otra vez, y con las cartas que contiene,que son la tercera parte de las que contiene la baraja, se predice el horóscopo, advirtiendo que la primera figura que salga sea sota, caballo o rey, representa la persona más interesada, el protagonista, si así puede llamarse, de la comedia o drama que las simbólicas cartas han de exponer.

Este modo de tirar las cartas fue muy usado por los Orsinis, Rugieris, y Tantarellos, que tanto en las cortes de los Borgias y Médicis lucieron sus diabólicas habilidades.

A la flamenca

Durante las gloriosas guerras de Flandes esta manera de tirar ias cartas fue muy usada por los vaticinadores de la suerte, que eran verdaderos Bohemios. En los campamentos, antes de emprender la lucha y sangrientos combates, se acercaban a soldados y adalides y por un poco de pan o roñosa moneda les predecían si sucumbirían en la batalla o saldrían victoriosos, acertando muchas veces por casualidad, adquiriendo algunas veces gran prestigio, pues como ya hemos dicho, la superstición es y ha sido de todas las épocas y todos los tiempos y para que el lector no ignore esta cábala, la expondremos en pocas palabras.

Tómese una baraja de cuarenta y ocho cartas, hágase cortar después de bien mezclada por la persona o cliente del vaticinador; una vez hecho esto, se saca una carta de en medio, otra de abajo y otra de arriba, hasta el número trece, y se van extendiendo y leyendo su sentido según salgan ellas.

Esta operación puede repetirse una, dos, tres veces consecutivas, sin formar con las cartas cruz ni figura alguna, muy al contrario tirándolas al azar, pues de ello se originan los verdaderos impulsos de la suerte o azar, que es todo lo que puede decirse de tales ejercicios.

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Categoría: La Magia Blanca.






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