Me perdía al salir de un vagón del metro y pisaba a un perrito muerto


Iba descalza, en el metro, con calcetines blancos que usualmente uso.
Iba a un lado de un charco de orina de perro, preocupada por no pisarlo, a mi lado izquierdo había una señora y atrás mío un hombre con un traje negro, cabello largo recogido. Pregunto dónde estamos. Kiwika, me dicen.
Me confundo, el hombre también se confunde y me bajo del vagón tras él.
Al momento de pisar el exterior, me arrepiento y quiero volver a subir, el metro se va.

Estoy en una avenida, el paradero del metro es también paradero de micros y colectivos. Veo al señor de traje irse junto con otro señor y camino para poder ver el mapa que estaba en el paradero.
Aparece una señora, caminando de la nada con audífonos blancos puestos y tarareando una canción, es delgada y rubia.
Hola, ¿le puedo hacer una pregunta? Digo.
Me dice su nombre, el cual no recuerdo y me pone una mano en la espalda.
Es que estoy angustiada, y no puedo volver a casa, confieso.
Se me hace un nudo en la garganta.
Pasó un colectivo al que hizo parar sin resultado.
Hay, cariño, sí. Pero espera a que pase el otro colectivo y nos vamos, dice ella.

No, no, quiero saber dónde estamos, ¿en qué comuna estamos? Pregunto confundida.
De la nada aparecen otras señoras, dos más, estamos en la oscuridad.
No me preguntan mi nombre, ni nada.
Mejor llamamos a los carabineros (policía), dice una de las nuevas con el celular en la mano.
La primera mujer me abraza, por mientras yo lloro, y me dice: por mientras toma esto, cálmate.
Era un billete, lo iba a rechazar pensando que era dinero, pero era un dólar americano bastante liso, me hizo tomarlo.
Los carabineros aún no llegan.
La tercera señora, me quitó el dólar de la mano y me persignó con él como si fuera un crucifijo.

Descubrí que estaba vestida con un abrigo grande de color rojo y un vestido blanco al que reconocí de mi closet.
Justo después de que terminara, se encienden todas, todas las luces y la escena de un perrito muerto, me hace gritar.
Era un bebé, con unos pocos días de nacido de color negro, yo lo estaba pisando.
Desperté.

Valentina R.

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Categoría: Tablón de Relatos.






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