Mesmerismo


Mesmerismo La Magia Blanca Federico Antonio Mesmer

Nació en la alta Suabia el 23 de mayo de 1733, y murió en Suiza el 5 de marzo de 1815.

Antes que Mesmer, Maxwells y otros ya hubiesen dicho que existía un fluido mágnetico. Mesmer fue el primero que, apoderándose del Magnetismo, magnetizó. Séneca, hace más de 2.000 años, dijo que existía un nuevo mundo; los islandeses se supone que hace 1.000 años desembarcaron en él, pero Colón, y sólo Colón , fue el que surcando mares y atropellando dificultades, se apoderó de él y lo hizo propiedad del género humano.

Ya fuese por la nativa fuerza de su genio, por los raciocinios sobre los exorcismos de la iglesia, por deducciones del influjo que un hombre tiene sobre otro cuando le gana la acción o le mira con dominio de hito en hito, por lo que unos animales ejercen sobre otros, como algunas serpientes sobre diferentes aves, ya fuese en virtud de todas estas circunstancias reunidas, es indudable que Mesmer fue el primer hombre que adoptó ciertos gestos, modos de mirar, movimientos y sacudimientos de manos y brazos llamados pases, ciertas actitudes prestigiosas que constituyen en generar lo que se llama magnetizar, y con los cuales él magnetizó artificialmente primero que nadie.

El único y exclusivo objeto de Mesmer en el descubrimiento de producir fenómenos magnéticos, fue curar, presentar un nuevo sistema de curación. Su procedimiento, y por consiguiente el primer procedimiento magnetizador conocido, era reunir, en una sala profusamente alumbrada y adornada, los enfermos, dándoles una varita de hierro, alrededor de un cubo de madera de un pie o dos de alto. De este cubo salían alambres que tomaba cada uno de los enfermos y aplicaba, si quería a la parte que tenía dañada. Circundaba a todos los pacientes, que formaban cadena atándose los pulgares e índices, con una cuerda que los mantenía unidos.

Poníase Mesmer sobre una mesa o tarima algo elevada, y desde allí dirigía a sus pacientes significantes miradas, prestigiosas actitudes, movimientos expresivos, etc., o todo esto lo hacía inmediatamente a cada paciente hasta que ora por influjo moral que todo esto producía, ya por influjo directo físico sobre el fluido nérveo, al cabo de quince o veinte minutos, unos se sentían con dolores fuertes de cabeza, otros experimentaban náuseas, éstos temblores, aquéllos, saltos eléctricos, etc.

Cuando esto sucedía, Mesmer gritaba con voz estentórea: la crise, la crise, la crise.

No hubieron injurias ni agravios con que no le saludasen sus contrarios, pero él produjo, por estos medios, admirables curas, y ganó inmensas riquezas, que no parece sino que se las codiciaban algunos de sus enemigos. Mesmer tuvo luego secuaces, el más formidable fue d’Eston, que seguía las prácticas de su maestro tanto como se defendía tenaz y victoriosamente de sus enemigos.

Así continuó el Magnetismo hasta 1784, cuando Puysegur, discípulo de Mesmer, notó al magnetizar un enfermo, que éste sentía y obraba como el mismo magnetizador. He aquí el origen de lo que se llama sonambulismo: porque después del descubrimiento de Puysegur, ya no se buscaba en la magnetización más que efectos o fenómenos, que pueden producir insensibilidad completa; menos para el magnetizador, trasposición de sentidos, trasmisión de voluntad sin comunicarla más que por pensamiento, intuición o visión del interior del cuerpo, previsión o vista de objetos a larga distancia y a través de cuerpos opacos, talento cautivo y profetización de sucesos futuros.

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Categoría: La Magia Blanca.






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