Personalidad según rasgos faciales: cejas y ojos
De las Cejas
Bajo de la frente empieza su bella frontera la ceja, arco iris cuando expresa apacibilidad, y arco de la discordia, cuando denota cólera.
Las cejas suavemente arqueadas, acomódanse con modestia y sencillez de tierna doncella; colocadas en línea recta y horizontalmente, refiérense a carácter varonil y vigoroso, y cuando su forma es medio horizontal y medio curva, la fuerza del espíritu hállase unida a bondad sencilla.
Cejas rústicas y desordenadas son siempre señal de vivacidad intratable; pero aun este mismo desorden denota viveza moderada si el pelo es fino.
Cuando son espesas y compactas, caídas paralelamente, y por decirlo así, tiradas a cordel, declaran decididameme juicio sólido y maduro, sabiduria profunda y discernimiento recto.
Las cejas juntas eran tenidas entre los árabes por una belleza, en tanto que los antiguos fisonomistas las consideraban propias de carácter callado. La primera de estas dos opiniones es falsa, mas la segunda es exagerada, pues encuéntrase a menudo fisonomías de esta clase muy bellas y amables.
Las cejas delgadas son seña infalible de flema y debilidad, y disminuyen la fuerza y vivacidad en un hombre enérgico. Angulosas y cortadas las cejas, denotan actividad de carácter laborioso; esto es probado.
Cuanto más se acercan las cejas, tanto más reflexivo, profundo y sólido es el carácter de la persona, y tanto, más disminuye su fuerza, constancia y atrevimiento cuanto más suben las cejas. Una gran distancia de una a otra anuncia rápida penetración, con calma y tranquilidad de espíritu. Los movimientos de las cejas son de gran interés, pues sirven principalmente para señalar pasiones groseras, como orgullo, cólera y desprecio. Un hombre de muchas cejas un es ser despreciador y despreciable.
De los Ojos
Son los ojos la parte donde se pintan más las imágenes de nuestros secretos y zozobras, según Buwon, y en los que fácilmente se pueden describir. El ojo pertenece al alma más que ningún otro órgano; parece que toca y participa de todos los movimientos naturales y sentimientos más delicados; los muestra en todo su vigor, en toda su pureza; los transmite por medio de señales rápidas que comunican a otra alma el fuego, acción, imagen de aquellos de quien sale; por ellos el hombre recibe y refleja el brillo de la idea y calor del sentimiento; son el sentido del espíritu y la lengua de la inteligencia.
Los ojos azules anuncian más debilidad y carácter más flojo y afeminado que los obscuros o negros, y aunque no por eso dejan de existir hombres muy vigorosos con ojos azules, por lo general los morenos dan indicio de espíritu varonil, vigoroso y profundo, así como el genio regularmente se asocia a ojos de un amarillo que tira a moreno.
Los coléricos tienen ojos de diferentes colores, raramente azules y lo más común obscuros o verdosos. Los ojos de esta última clase son señal distintiva de vivacidad y valor: casi nunca tienen los coléricos ojos azul claro. Los ojos que forman ángulo prolongado, agudo o puntiagudo hacia la nariz pertenecen, por regla general, a personas o muy juiciosas, o muy perspicaces.
Cuando el párpado superior describe arco iris completo, anuncia buen natural y mucha sutileza y algunas veces también carácter tímido. Cuando el párpado describe horizontalmente la pupila, denota regularmente un hombre muy perspicaz, recto y astuto, pero no se dice por eso que esta forma del ojo destruya la rectitud del corazón.
Los párpados vueltos hacia atrás y muy sesgados anuncian humor colérico casi continuo y también al artista y hombre de gusto. Son muy raros entre las mujeres y aparecen tan sólo en las que están dotadas de fuerza y talento singular.
Ojos grandes, de azul fuerte y claro, y que mirados de perfil se vean transparentes, indican concepción pronta y penetrante, pero al mismo tiempo carácter sensible, difícil de gobernar, suspicaz, celoso y susceptible de prevención.
Ojos pequeños, negros y brillantes, bajo cejas negras y pobladas que parezcan hundirse cuando sonríen con malicia, anuncian astucia, gran penetración, carácter intrigante y quisquilloso. Si semejantes ojos no van acompañados de boca burlona, anuncian espíritu frío y penetrante, mucho gusto y elegancia, precisión, y más inclináción a la avaricia que a la generosidad.
Ojos grandes, rasgados, de claridad transparente, y cuyo fuego brille con movimiento rápido en párpados paralelos, poco largos y muy claramente dibujados, indican estos cinco caracteres: penetración viva, elegancia y gusto, temperamento colérico, orgullo, y una inclinación extremada a las mujeres. Unos ojos que dejen ver toda la pupila y bajo ella una faja más o menos blanca, señalan estado de tensión que ni es natural y que pertenece sólo a esos hombres inquietos, apasionados, medio locos, jamás a hombres de juicio recto, maduro y acreedor a toda confianza.
Los ojos muy rasgados y brillantes en fisonomías insulsas, indican entendimiento sin constancia, la tontería con ribetes de sabia, carácter frío que quisiera abrasarse en el calor y no es susceptible más que de fuego momentáneo.
Las personas suspicaces, coléricas, iracundas, tienen por lo común los ojos hundidos en la cabeza, y la vista larga y dilatada. El loco y atolondrado tiene los ojos saltones. El hombre astuto tiene los ojos torcidos, y mira de soslayo cuando habla como si quisiera sorprender. Los suspicaces y astutos acostumbran a tener un ojo, y a veces los dos, medio cerrados, lo que es una señal de debilidad de carácter. En efecto, raramente se ve que un hombre enérgico sea engañoso: la desconfianza que tenemos de los demás, nace de la poca confianza en nosotros mismos.
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Categoría: La Magia Blanca.
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