¿Por qué olvidamos nuestros sueños?
Olvidamos nuestros sueños porque en realidad no los queremos recordar. Ello es así por diferentes motivos. Unas veces porque no queremos que nuestra mente se ocupe de cuestiones espirituales; otras, por factores exteriores que influyen en el mayor o menor cansancio de nuestro cuerpo, como las pastillas para dormir, las drogas o los medicamentos en general…, incluso la bebida. Pero, en realidad, la principal razón está en la educación que recibimos durante nuestra infancia.Todos oímos cuando éramos niños esa frase que dice: «Olvídalo, sólo ha sido un sueño…», y, como niños obedientes, lo «hemos olvidado».Y nuestra mente, que es muy parecida a un ordenador, habiendo sido programada desde un principio para olvidar los sueños, no dejará de hacerlo hasta que la reprogramemos en sentido contrario. En este proceso, la única excepción la constituyen determinadas pesadillas o sueños muy especiales y extremadamente vivos, los únicos capaces de superar nuestras barreras defensivas.
Hay gente en quien una intensa pesadilla puede llegar a ocasionar el cierre automático a toda posibilidad de recordar posteriormente los sueños. La gente con sueños PES (percepción extrasensorial) de gran realismo —especialmente los que nos advierten de circunstancias muy dolorosas como, por ejemplo, la muerte— es propensa a experimentar un terror tremendo y a sentirse culpable en caso de que lo vaticinado en el sueño se convierta en realidad —como si hubiera tenido que hacer algo para evitarlo—. La consecuencia de esto es que este tipo de personas decide —muchas veces de forma inconsciente— no volver a soñar más, lo cual se muestra de una eficacia absoluta a la hora de no recordar al despertar lo que se ha soñado durante la noche.
Este tipo de gente tiene razones de peso para actuar como lo hace, pero el problema tiene fácil solución; sólo hay que repetirse: «Quiero recordar mis sueños a excepción de los PES (percepción extrasensorial)» o «No más sueños sobre la muerte». No olvide nunca que es usted quien tiene el control sobre los sueños y quien dicta a su antojo las normas del juego según sus propias necesidades. Su subconsciente es su humilde servidor y le obedecerá sin rechistar.
Otros factores que nos pueden impedir recordar nuestros sueños podrían ser el ruido procedente de una radio o un/a compañero/a de cama excesivamente hablador/a. Incluso los propios pensamientos conscientes pueden erigirse en factores de distracción y ser los causantes de que el recuerdo de nuestros sueños sea borrado por completo antes de que aflore a la superficie de nuestra consciencia.
Otra razón que explica lo desmemoriados que somos respecto de nuestros sueños es el poco interés que mostramos hacia ellos.Además, con frecuencia dormimos en exceso después de que el sueño haya finalizado: recuerde que tan sólo cinco minutos después de que el sueño haya terminado, la mitad de su contenido se pierde, y en diez minutos la cantidad imposible de recuperar es ya del noventa por ciento.
Son varios los recursos de que dispone para volver a recordar sus sueños; he aquí algunos:
- Elimine todo obstáculo que frene el recuerdo de los sueños.
- Dígale a su subconsciente que usted quiere realmente recordar sus sueños. (Repítaselo por lo menos tres veces.)
- Recurra a una libreta especial para anotar sus sueños.
- Programe su subconsciente para que éste no olvide que usted quiere volver a acceder a él cuando esté de vuelta al cuerpo físico.
- Lea libros y artículos que traten de los sueños.
- Hable de sueños con los amigos, sobre todo con aquellos que se interesan por ellos, claro
- ¡Preste atención a sus sueños! Trate de recordar el último que haya tenido y esfuércese por penetrar en su significado.
- Respete y aprecie sus sueños, actúe con ellos como si contuvieran información de incalculable valor para usted.
- Si puéde, participe en reuniones que traten de los sueños.
- ¡Piénselo dos veces antes de menospreciar un sueño!
Califica este Artículo
Categoría: Interpretación de los Sueños.
Deja una respuesta