Que es la Cafeomancia


El término Cafeomancia o Taseografía se refiere a la lectura de las hojas de té o de los posos del café. A través de las manchas formadas por residuos que permanecen en el fondo de la taza, se sacan las conclusiones. Con ello se afirma que existe una cierta relación entre dicha mancha y el carácter de la persona interesada o de su estado de ánimo. La causa de todo ello sería el hecho de que la mano que toma la taza, deja en el fondo de ella una especie de firma. La interpretación se realiza después de un minucioso análisis. La intuición y el conocimiento del alfabeto sacro son las claves de la interpretación exacta del vaticinio. A lo largo de este libro trataremos, en su mayor parte, de la lectura de los posos del café, aunque el procedimiento es el mismo para las hojas de té.

Que es la Cafeomancia Leer el Café

La Cafeomancia es el arte de predecir el futuro leyéndolo en el poso de la taza del café que bebemos. Los posos que quedan en la taza adquieren diversas formas que pueden interpretarse. El arte de esta lectura es muy antiguo, viene de Oriente, tierra de las profecías, y se menciona ya en la Biblia, además de en los libros sagrados Midrash (hebraico), Yetzirah (asirio) y Kadmon (caldeo), a los que alude también el apóstol San Pablo.

La lectura del café tiene su procedimiento particular; pero el motivo por el cual se lee en todo Oriente Medio (y en Extremo Oriente en las hojas de té) es realmente profundo y necesita una explicación.

Desde los tiempos más remotos, el hombre tenía la sensación de estar rodeado por la hostilidad de seres sobrenaturales, y consideró los ritos mágicos como la única defensa posible contra ellos. La sabiduría antigua, concentrada en los pueblos sumerios, acadios, caldeos, asirios, medas y persas aconsejaba «pedir a los espíritus benignos» una respuesta.

Fueron, en un principio, los sacerdotes los primeros en poseer el monopolio de las profecías, pero en seguida «las pequeñas profecías» relativas a las cartas, a la lectura de la mano, a la lectura de los posos del café, llegaron a ser artes bastante comunes, transmitidas de generación a generación.

La magia, la pequeña magia, entró, así, a formar parte de la sociedad, incluso en los aspectos de la vida cotidiana del hombre. Un gusto refinado, un sentido sutil de la belleza reinaba en estos pueblos, que cotidianamente se informaban a través de lo mágico, de un mundo del espíritu, para poder proseguir la batalla diaria de la vida. Por ello, las Sagradas Escrituras hablan de la magia como de una realidad indiscutible.

También cuando el pueblo de Moisés, liberado de la esclavitud egipcia, reforzó sus creencias monoteístas y los falsos dioses fueron destruidos, quedó reconocida y respetada la pequeña magia de la profecía del futuro. El oráculo se practicaba en el Templo del Sumo Sacerdote; pero cualquiera que conociese las reglas del vaticinio podía, tranquilamente, interrogar sobre el futuro.

Estas reglas no escritas se transmitían a los hijos, a los sobrinos y a todas las generaciones, hasta llegar a nuestros días. De este modo, desde el comienzo de la humanidad han llegado hasta nosotros las nociones para la lectura de la mano, de las cartas, para predecir a través de los astros, a través de los «defectos» que llevamos en nuestro cuerpo, a través de las características somáticas de los rostros y, además, a través de la lectura de los posos del café.

La variedad de las combinaciones de la Cafeomancia es infinita, por lo que será necesario explicar el significado de los muchos signos principales. Con las nociones que aprenderéis en este libro, aprenderéis ya mucho. Un consejo, que está relacionado con vuestro «viaje» al corazón del Mediterráneo, a Oriente Medio, a los Balcanes o a cualquier país en donde se practique la Cafeomancia, es el de observar con interés a un lector de los posos del café. Él no querrá saber nada de vosotros: la lectura es menos cansada si no está influenciada por noticias que ya se conocen sobre la persona que quiere preguntar el futuro, leerá, simplemente, en los posos del café vuestro estado de ánimo, el destino próximo, vuestro pasado y vuestros conflictos presentes.

Podréis experimentarlo con la taza varias veces al día y os sorprenderéis, pues ésta os mostrará siempre las mismas señales. Aprenderéis a leer por vosotros mismos en los posos de vuestros cafés; esto os servirá de guía, de consejo y también de autocrítica; os pondrá en guardia u os consolará por un disgusto; os dirá lo que os espera, mostrándoos, también, la manera de obrar con prudencia y con cautela.

Recordad que la Cafeomancía, como todas las demás ciencias adivinatorias, además de predecir el futuro, os servirá de ayuda para descubrir vuestros puntos débiles, vuestras faltas, y os ayudará a seguir un camino, un comportamiento mejor para vosotros y a no cometer los acostumbrados errores a los cuales estáis sujetos ahora. Leyendo los posos de los demás, deberéis tener presente las palabras sagradas pronunciadas por el Señor a Moisés: «Estas cosas las dirás y éstas las mantendrás en secreto» (Es. 1456). No todo, pues, debe decirse, es necesario callar, al menos, aquello que es fruto de pura intuición o sexto sentido.

Leyéndoos a vosotros mismos… recordaréis, sin embargo, las palabras de Nichvalois: «Perderás tu ciencia cuando pierdas la pureza del corazón.» Lo que significa que la Cafeomancia, arte adivinatorio como muchos otros ya citados, debe practicarse con el corazón tranquilo y sereno, con el deseo de saber, pero sólo por una causa justa, con el firme propósito de no perjudicar a nadie, una vez se haya aprendido dicho arte.

Resulta necesario, por lo tanto, una marcada vocación, un deseo de servicio a los demás a través de nuestras facultades y una conciencia clara de ser simplemente intermediarios entre unos signos que hemos aprendido a analizar y los destinatarios de nuestros consejos, que esperan de nosotros la máxima honradez y responsabilidad. Se equivocarán sin remedio posible aquellos que busquen en la cafeomancia algo que no sea la satisfacción que da el conocimiento de nuestro yo y la adivinación del porvenir. Una vez establecidas con claridad las bases de nuestra ciencia y los preceptos básicos que resulta necesario observar con la debida rigidez, pasaremos a exponer la técnica de la lectura cafeomántica.

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Categoría: Leer el Café.






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