Que son los hechizos y cuales son sus requerimientos
Como hemos definido en el capítulo primero, en el que definíamos los conceptos fundamentales que ocupa nuestra obra, el hechizo es aquella acción que se caracteriza por el envío de energía negativa de alguien hacia alguien, operación que exige la colaboración, mejor dicho, la dirección de un operador, de un hechicero. El hechicero es el que se encarga de llevar a efecto los deseos del atacante hacia la víctima y es el que conoce de mejor forma la hechicería, la magia negra.
De todos modos, hay que saber que existen muy pocos hechiceros, y sí muchos exhibicionistas, muchas personas que se hacen pasar por hechiceros por el hecho de que son conocedores de algunas nociones de magia. Como ya hemos dicho en el primer capítulo, hay que huir de este sector porque pueden ocasionar muchos males, y porque sus acciones se limitan al puro afán de lucro. Pero cambiemos de tema para no caer en divagaciones que ahora no nos incumben, y vayamos a tratar directamente el tema de los hechizos. Para llevar a cabo un hechizo, son necesarios una serie de requisitos indispensables para que la intención inicial surja efecto.
Requisitos
Para realizar un hechizo son necesarias una serie de condiciones indispensables. Los cuatro principios fundamentales de la magia son los sigientes:
- Saber: Mucho. El saber en la magia es imprescindible puesto que la enseñanza de tales prácticas y la transmisión de tales experiencias se producen oralmente; como ya hemos dicho, se trata de un conocimiento generacional, es decir, que se traspasa de generación en generación. Parece ser que es el único saber que todavía se transmite con este método, dentro de la cultura occidental.
- Poder: Al hechicero le es necesario tener una enorme fuerza de voluntad y de carácter. El poder del hechicero se define como la capacidad de este para poder afrontar perfectamente cualquier situación que se produzca durante el proceso de hechicería, por lo que lo esencial es creer en lo que se está haciendo y ejecutarlo con una total seguridad y convicción de forma que ningún agente exterior a los propios sea capaz de turbar la buena marcha del hechizo.
- Atreverse: El «atreverse» del hechicero es la puesta en acción de la audacia del mismo. Si se es audaz al efectuar un hechizo, se puede decir que se es eficaz; en hechicería eficacia y audacia son palabras sinónimas. Por lo tanto no vale ser cobarde, y decir esto engloba cualquier tipo de cobardía. El operador no puede temer los efectos de un hechizo, de forma que hay que «tirarse a la piscina con total seguridad de que se sabe nadar».
- Callar: El hechicero tiene que saber mantener en secreto las prácticas. Ese secreto tiene que ser selectivo, puesto que se puede transmitir la experiencia mágica a aquel que lo merezca, á aquel que pueda ser un buen hechicero en el futuro, en tal caso no hay necesidad de esconderse; como ya hemos dicho en el primer principio, el saber mágico se transmite de generación en generación y por transmisión oral.
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Categoría: Hechizos.
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