Soné con una columna de luz
Me encontraba en un sitio desconocido, junto a mi esposo y otros familiares. La sensación era que mis hijos estaban pequeños (hoy en día son adultos). Decidimos, mi esposo, mis hijos y yo volver a casa. Sin embargo, yo no volví con ellos en el mismo vehículo, aunque nuestro destino era el mismo, yo iba en otro vehículo junto a otras personas que no conozco. Cuando llegué a casa (ese lugar al que llegué, aunque sabía que vivía allí, no es el lugar en dónde vivo ahora) comenzó una especie de tormenta, pero no había lluvia, era de nubes. La casa dónde vivía era un lugar alto y desde allí podía ver todo lo que ocurría afuera, como desde el palco superior de un teatro, pero sin embargo, y aunque estaba atemorizada por lo que veía, ni a mí ni a mi familia nos podía hacer daño en lo absoluto lo que ocurría afuera y que voy a relatar.
Afuera y abajo había mucha agua, era clara, como un gran lago interminable, digo lago porque yo sabía que no era agua salada de mar. El cielo que se vislumbraba en algunos puntos lucía oscuro pero estaba cubierto por una gran y densa neblina blanca que se precipitaba sobre el agua, más no se quedaba en la superficie del agua, como suele ocurrir si no que la penetraba. Luego en medio de mi campo visual sobre el agua, entre la neblina que se abría a su alrededor, vi una especie de columna de luz bastante ancha que salía (o entraba) del agua y se perdía en el cielo oscuro, la luz tenía muchos colores, era resplandeciente, brillaba mucho, pero no me enceguecía, podía verla directa y claramente, parecía como luz magnética, la columna de luz estaba formada por cuadrados y rectángulos pequeñitos, de todos los colores, era bellísimo. Luego el cielo se despejó y éste era de un azul cielo profundo, limpio, claro, la neblina y la columna de luz ya no estaban, de ese cielo salían como nubecitas alargadas, muy blancas que se precipitaban y entraban en el agua, que seguía siendo clara.
Allí termina mi sueño. Debo decir que aunque estaba temerosa al principio del sueño, siempre supe que nada malo nos pasaría, y cuando abracé a mi esposo al ver la columna de luz, el temor desapareció por completo, sentí algo distinto cuando lo abracé, como que si estamos juntos nada malo podría pasarnos. Además, en la parte final del sueño, cuando el cielo se veía azul y las nubecitas blancas entraban al agua, se sentía tanta paz y tranquilidad que no era posible sentir miedo, si no todo lo contrario, sentía el amor de mi esposo y el de mis hijos que me envolvía y me producía una gran paz interior.
Este sueño permanece claro en mi memoria, no es como otros que se olvidan al poco rato de haber despertado. El sueño ocurrió en la madrugada, entre las 4: 00 am y las 5: 30 am. Lo sé porque me desperté a las 4: 00 y enseguida volví a dormir, fue en ese lapso de tiempo que tuve el sueño.
Maria Elena Semprún
Califica este Artículo
Categoría: Tablón de Relatos.
Deja una respuesta