Superstición de la rata

Los marineros dicen que cuando las ratas abandonan el barco, el naufragio es inminente. Por el contrario, si se embarcan en uno nuevo, es señal de buena suerte. También es aplicable la misma creencia a las casas: una fuga repentina de las ratas de una vivienda anunciaría peligros inminentes. Si uno de estos animales roe un mueble del dormitorio, se trata de un anuncio de muerte. En el pasado, antes de la invención de los pesticidas y de los modernos sistemas de desratización, se utilizaban diversas fórmulas para alejar a las ratas, en las que la magia se mezclaba con la oración y el rito.

En el fondo, el conocido cuento del flautista mágico puede interpretarse como un eco de esas antiguas prácticas. Recientes estudios han puesto de manifiesto que en Hamelin, en torno a la mitad del siglo xiv, apareció realmente un hábil flautista y, tan misteriosamente como había aparecido, desapareció.

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Pero con él se evaporaron también ciento treinta jóvenes del lugar de los que nada volvió a saberse. La tradición popular cuenta que fueron víctimas del diablo, que los secuestró y los llevó al infierno. Del mismo modo en que el mítico flautista condujo a las ratas a la muerte… La Rattus rattus (conocida como rata negra), junto a la Rattus norvegicus (la rata común) y la Mus musculus (el ratón casero) transmiten la peste a través de un parásito que ataca al ser humano. Este hecho ha jugado sin duda un papel importante, pero consideramos que sobre todo en las interpretaciones más recientes, puesto que en el siglo xviu la relación entre la rata y la peste no era conocida por la ciencia.

En cualquier caso, la tendencia a considerar la rata como demoniaca siempre ha existido. En 1519 el ayuntamiento de Stelvio, en el Tirol occidental, inició un proceso penal contra las ratas que destruían los campos cultivados. Pero su defensor, Hans Grinebner, trató de demostrar que las ratas se habían revelado útiles para la comunidad, destruyendo larvas e insectos dañinos…