Superstición de tirar la sal


«A cada ofrenda a tu Dios añadirás una ofrenda de sal». De este versículo del Levítico se desprende claramente el importante papel simbólico representado por este producto en las tradiciones religiosas y, como en el caso del aceite, es fácil entender por qué tirarlo puede considerarse nefasto. Sea como sea, la sal es un producto caracterizado por una cierta ambigüedad. De hecho, si bien es cierto que en el Evangelio los discípulos de Cristo son señalados como la «sal de la vida», no lo es menos que, en la Antigüedad, los reyes vencedores cubrían con sal las tierras de las poblaciones derrotadas para volverlas estériles e improductivas.

Posteriormente, la sal pasó a ser en las religiones elemento de purificación del mal: del rito del bautismo a las prácticas contra la brujería. Ya en algunos documentos sinodales del siglo xva la Iglesia condenaba la creencia de que la sal derramada en la mesa era signo de mal agüero. La superstición estaba tan arraigada en la tradición popular que Leonardo da Vinci, en la Última cena (1495), representó a Judas junto a un salero caído.

Superstición de tirar la sal Supersticiones

Si se tira la sal, se puede alejar la desgracia con un simple exconjuro: se toman dos pizcas de sal y se tiran por encima de los hombros. La sal derramada en la puerta aleja a las brujas; tirar puñados de sal a las novias garantiza prosperidad a la familia recién formada; echar sal al fuego conduce al infierno… Las supersticiones ligadas a la sal, creadas cuando este producto era un bien preciado y muy caro, están dominadas por fuertes contradicciones que, como sucede a menudo en la tradición popular, cargan de misterio el significado objetivo de un producto perpetuamente a caballo entre lo sagrado y lo profano.

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Categoría: Supersticiones.






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