Superstición de vestirse y desvestirse
Hasta las tareas sencillas que realizamos cada día, como vestimos y desvestirnos, pueden estar condicionadas por la superstición y convertirse en actos de los que extraer datos importantes para conocer los hechos que determinarán nuestra vida. Por ejemplo, empezar a ponerse el vestido por el brazo izquierdo traería mala suerte; si el vestido está al revés, acarrearía graves daños; mientras que se habla de una genérica «sorpresa», cuando no se abotona bien una camisa. Si, en cambio, se encuentra un botón, todo irá bien.
Si se cae un guante no hay que recogerlo, sino que se debe esperar a que otro lo recoja. Sólo de este modo se evitará la mala suerte. Perder un guante es de mal agüero, pero encontrar un par es aún peor. Si los guantes se olvidan en casa de un amigo, se debe esperar a que los devuelva, de no ser así nuestra amistad se perdería irremediablemente.
Ponerse el calcetín izquierdo antes que el derecho anuncia un mal día. Pero los efectos pueden contrarrestarse si, inmediatamente después, nos calzamos antes el zapato derecho. Ponerse dos calcetines diferentes o una prenda al revés preserva de los maleficios de las brujas, así como llevar puesto algo rojo aleja el peligro del mal de ojo. En el pasado, también los agujeros en los calcetines eran objeto de adivinaciones. En el dedo pulgar, anunciaban la llegada de grandes gastos; en el lateral, problemas económicos por culpa de la mujer; en la planta, una ruina próxima. Dejar el abrigo sobre la cama es señal de mal agüero. Quizás esta superstición provenga del hecho de que el médico, al visitar a un paciente, solía dejar el abrigo en la cama.
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Categoría: Supersticiones.
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